Anson estuvo siempre muy cerca de Don Juan de Borbón y Battemberg, perteneciendo a su consejo privado como asesor, por lo que muchas de las vicisitudes narradas en este libro son vivencias personales conocidas de primera mano por el autor, al que Don Juan obsequió con su amistad personal durante muchos años, hasta su fallecimiento, no hace tanto tiempo, en abril de 1993. Rey de derecho, aunque no de hecho, tras la renuncia de su hermano mayor y la abdicación de su padre Alfonso XIII en 1941, nunca llego a reinar por los hechos que sacudieron a España y al Mundo a lo largo de buena parte del pasado siglo XX. Siempre en el exilio, en Italia, Suiza y finalmente en Portugal, sus relaciones con Francisco Franco fueron tensas y engañosas, pues siempre le consideró un usurpador que había tomado por la fuerza un sitio en la Historia que no le correspondía y al que se aferró hasta su muerte. Consintió en restaurar la Monarquía en España a su muerte, pero nunca en la figura de Don Juan, si no en la de su hijo Juan Carlos, actual rey de España y con la espada de Damocles permanente de virar en cualquier momento hacía la rama de Alfonso de Borbón Dampierre, que no en vano se convirtió en familiar directo suyo al casar con su nieta.